2.10.07

Sobre la reforma electoral y la ética, bla, bla, bla...

Mis fuentes principales está aquí y aquí.

Perdonen mis lagunas, pero soy mala para la política y el derecho, esas cosas siempre se me olvidan; pero esto está escrito con tripas y corazón, me divertí redactándolo —después de leer las mentadas propuestas y los cambios que se hicieron— a las tres de la mañana. Mis carcajadas llegan y se hunden hasta tu vacío... :P. Obviamente tómenlo por el lado lúdico (espero no reprobar ética, jaja). Va:

A primera vista la reforma electoral beneficia de una manera consistente a los ciudadanos, comenzando porque nos evitará (tal vez, sólo tal vez) el tener que despertar, desayunar, comer y cenar con los candidatos a diputados, senadores, presidente, etcétera; ya que habrá una mayor regulación en cuanto a su incursión en medios electrónicos de comunicación, (que quede bien subrayado, sólo los electrónicos) hasta que, si se lograra canalizar adecuadamente los millones de pesos que se ahorrarán de las extensas campañas electorales actuales, se podría realizar una enorme labor social (para empezar con los 200 millones se podrían otorgar más de 50, 000 becas como las que les dan a los niños de las preparatorias).

Sin embargo es un poco (o muy) arriesgado poner a los partidos en una situación limite, no me agradaría nada, por ejemplo, despertar una mañana, servirme el cereal y descubrir que en lugar del Tigre Toño, sobre el cartón está la figura de Pancho Cachondo o Martita Sahagún —o peor ¡Elba Esther!— sacándome la lengua (muy al estilo de Kellog´s) y tener que durar catorce días compartiendo el desayuno con alguno de ellos.

En cuanto a las propuestas respecto a los registros de partidos y la figura de representación proporcional, me parece que son muy adecuadas en estos momentos en que nuestra democracia está siendo saqueada por familias muy listas que no quieren trabajar y se hacen de un patrimonio vendiéndonos promesas de cambio e imágenes alternativas (imagínese estas letras en verde y con un tucán en medio y será fácil encontrar un ejemplo de ello), mientras que lo único que realmente hacen es prostituir a la señorita Democracia, adhiriéndose a uno u otro de los partidos “grandes” en cada elección, según sea el cargo o beneficio que se pueda obtener.

¿Quiénes son los buenos? —porque acuérdate que la ética estudia la bondad o maldad de los actos, así que o son buenos o son malos y además todos somos éticos si actuamos de acuerdo a los valores que hemos aprendido a través de nuestras vivencias de manera personal, punto. No podría contestar esa pregunta, lo único que puedo decir es que todos me parecen sospechosos: El IFE, pobrecito, es a pesar de todo en quien tal vez podría confiar, los consejeros, que pronto serán despedidos —no puedo decir si hicieron bien su trabajo o no, si hubo fraude o no, de eso no tengo ni idea ni postura— me parecen un chivo expiatorio, como que les agrandaron las culpas, sin embargo el Instituto me parece una figura débil, que debería aprovechar su autonomía de una manera más productiva y comenzar por quitarse los miedos ante el pasado presidencialista, pero como al Consejo lo elige el Congreso es lo mismo...

Los partidos que maleducan a los políticos, ni qué decir, todo es para su conveniencia; los políticos que se dejan maleducar, le toman gusto al aprendizaje y andan de escuela (léase partido) en escuela; los empresarios, que siempre salen ganando y ahora tuvieron que enviar a sus achichincles —que cruel soy— periodistas a rogarle al senado que no les hicieran eso,“¿dónde está la libertad de expresión?”, dicen, “le tenemos miedo a la censura”, y si bien es cierto que con tantas regulaciones y leyes y el “debe ser” y debe esto y… corremos ese riesgo, me sorprende esta ruptura tan radical y sinceramente no creo en ella y siento que hay gato encerrado, ¿porqué hacen esto los legisladores?, ¿es por la democracia?, ¿por México?

Lástima que es casi imposible encontrar esa clase de respuestas en Google, pero estoy casi segura de que hay razones “políticas” (aquí uso el término refiriéndome simplemente a la práctica de los partidos), acuerdos, una reforma que se aprueba a cambio de otra (en realidad lo debí haber escuchado por ahí)... No quisiera ser tan escéptica, pero me es difícil confiar cuando a través de veintiún años sólo he visto lo contrario. La normal de derecho, en este caso las propuestas y, ahora algunas de ellas leyes, son muy halagadoras y parecen prometer mucho, pero luego lo normal de hecho resulta ser un fiasco. De alguna forma los empresarios tendrán que salir ganando —ojala que no, pero si son listos invertirán en publicidad de cajas de cereal— al igual, que los legisladores.

Por último sospecho también de los ciudadanos, porque de ahí surgen los partidos y los políticos y los consejeros del IFE eso son — o fueron—: ciudadanos (de algunos empresarios, no podría asegurarlo). A pesar de todo es en los ciudadanos, que se preocupan por la política, es decir por su ciudad (polis), en quienes pongo mis esperanzas, pues en “Democracia para imbéciles” pude observar que hay quienes están dispuestos a defenderla. Además sin nuestro consentimiento no sería nuestra democracia un circo, y somos más los ciudadanos que todos los otros grupos juntos.

Yo propondría apagar la tele en los tiempos oficiales si se siguen sobrepasando con su acoso político, con escuchar una propuesta una vez, poniendo atención, es suficiente —además los medios electrónicos usualmente no se utilizan por los partidos para presentar propuestas sino para —recordando a Octavio Paz— chingarse los unos a los otros.

Igual tiraré la caja de cereal en la basura si Creel o Andrés Manuel quieren contender en el 2012 y vaciaré las hojuelas en un contenedor de vidrio. Sospecho hasta de mí misma porque hace tres años ya que me pusieron la etiqueta de “ciudadana” y he votado en cada elección, siempre sin estar convencida de ello —soy incovencible—. En el momento en el que me resisto a anular mi voto, lo doblo y lo hecho a la urna, siento que estoy violando a la señorita Democracia, ¿quién no lo ha hecho alguna vez? La pobre tiene la vagina hinchada. El que esté libre de culpa que tire la primera piedra.

PS. No puedo creer que le entregué esto al profesor. Soy una maldita cínica.
PS2. El bato que escribió lo de la reforma y los medios —Lorenzo Córdova— ¡está bien guapo!!! (yo me imaginaba un viejito)... demasiado carita, ni modo, no es mi tipo, jaja.

No comments: