La confitería de tus loquellam amenazando la minúscula extensión de mi cordura.
Pendularme en la medialuna de tus rincones.
El limbo bajo la escalera con tu atisbo ensimismado sobre la orilla del tejido apenas cubriendo mi regazo.
Tu circunlóquica existencia soliviantando mis faldas.
Nuestros cuerpos tan coplanares tan distanciados.
El goyesco aquelarre de tres viejas montadas en mis melancólicas orejas de gata sierva sin amo sin dueño.
Autorretrato de dama noble con hermoso esclavo poeta.
Epitafio...
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Veo mi cuerpo quemado entre mis manos, puedo sentir mis huesos, desde
afuera. Por vez primera tendré que decidir qué hacer conmigo, yo y no los
demás o la ...
11 years ago
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