Ella esperó en el vestíbulo del consultorio. Él salió y la llamó. Entraron. Conversaron sobre el historial clínico de ella: colitis, gastritis, colédocolitiasis. Cosas por el estilo. Le preguntó por sus síntomas. La exploró con el estetoscopio. Con sus manos suaves. Le dijo que tenía neumonía. Ella exclamó suspirando: "ay... de eso se muere la gente". Entonces él le contesto con su voz serena: "Sí, pero tú no". Después le dio la receta y le dijo que quería verla en una semana para que le contara si había mejorado, empeorado o seguía igual. Apenas pasaron algunas horas para que se dieran cuenta que no podían vivir el uno sin el otro. Ella volvió. Él ya la esperaba.
Vivieron felices para siempre.
* * *
Así deberían ser todos los finales. Pero en realidad cuando ella llegó a su casa por la noche, buscó su nombre en Google. Encontró su MySpace. Descubrió que tenía novia. Se dejó morir de amor. De desamor.
Y de neumonía.
Epitafio...
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Veo mi cuerpo quemado entre mis manos, puedo sentir mis huesos, desde
afuera. Por vez primera tendré que decidir qué hacer conmigo, yo y no los
demás o la ...
11 years ago
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